sábado, 20 de octubre de 2012


los jovenes 
INTRODUCCIÓN
“Los jóvenes llevan en sí mismos el futuro de la iglesia” al iniciar este proyecto se hace necesario mirar con los ojos abiertos y atentos el futuro de la iglesia y es lógico pensar que su futuro son los jóvenes, bien lo dice el Papa Benedicto XVI en las palabras que quise poner en el comienzo de este trabajo. Se hace necesario entonces detenerse un poco en algo que se hace inmanente: los jóvenes dependen casi totalmente de la ayuda,  de las opciones y las oportunidades que se les brindan y no se puede permitir que estas opciones sean siempre negativas, sería simplemente erróneo el no aceptar que ellos se sienten  bombardeados por una cantidad de tendencias que cada día van ganando puesto significativo en la sociedad, se sienten apresados en una sociedad que no propone sino que impone, se ven atacados por unos cambios vertiginosos que moldean la realidad de una manera inexorable, se ven constantemente confrontados por una sociedad que propone la violencia como la única solución a los problemas y se ven lastimosamente involucrados en una serie de ideas medievales que proponen el escepticismo y el hedonismo como la mejor opción y en una serie de ideas contemporáneas que proponen el nihilismo como una verdad única y fundamental y el existencialismo como la idea de un hombre superfluo, vacío y para hacerlo más irónico dios.   En todas estas circunstancias todos tienden a despreciar a estos jóvenes que están buscando una formación de la identidad a través de unos procesos y unas etapas que inevitablemente deben cumplir y que según las cumplan será a sí mismo el desarrollo de su identidad, es preciso entonces acompañarlos, es oportuno formar en actitudes y aptitudes a estos jóvenes que lo único que buscan es ganarse un puesto en una sociedad que exige mucho pero que no está dispuesta a dar nada, es por lo tanto coherente brindarles la mano y acogerlos no como un problema sino como una grandiosa oportunidad, no como unos seres pasivos esclavos de impulsos como lo diría Sigmund Freud, sino como unos seres activos buscando adaptarse a una sociedad como lo diría Erikson. Que maravilloso resulta confrontarlos y plantearles grandes retos, que maravilloso resulta exprimir todas sus cualidades y que maravilloso resulta aspirar con ellos lo excelente, lo sublime, lo perfecto, pero surgen grandes preguntas con respuestas confusas y esto surge tal vez porque se están buscando grandes resultados con rastreros métodos  y esto surge en definitiva porque no se poseen los medios ni los recursos para lograr un fin que a la larga va tomando un color sombrío y se va tornando un tanto complicado. “jóvenes no tengan miedo el señor no quita nada, Él lo da todo” Benedicto XVI. Había dicho anteriormente que los jóvenes se sentían atacados, despreciados y que buscaban una opción fundamental para sus vidas pero que ninguna de las opciones que se les planteaba resultaba ser  lo suficientemente tentadora como para acogerla como opción fundamental, y  es que todas estas opciones se hacen interesantes pero a la larga terminan siendo un fracaso total y entonces los jóvenes necesitan algo más, necesitan que su corazón palpite de emoción, necesitan una opción esperanzadora, algo que los motive a luchar sin cansancio, algo que los llene de alegría y de paz, pero ¿dónde podrán encontrar semejante maravilla? ¿Quién está dispuesto a brindarles algo motivador? Y aunque parezca imposible ya he encontrado la respuesta después de una disquisición bastante profunda y la respuesta es: Dios, he aquí lo que habíamos buscado tanto tiempo, la felicidad tan anhelada. Te buscábamos señor dónde nunca estarías y ahora te haces el encontradizo en nuestras vidas porque ya no soportas que caminemos en tinieblas y quieres llenarnos de tu luz. “Tarde te amé hermosura tan antigua y bella, tarde te amé yo te buscaba por fuera y tú estabas dentro” San Agustín. Ya se ha encontrado la opción fundamental pero se necesita alguien que ayude a estos jóvenes a conocer esa opción fundamental y ese alguien es sin duda la iglesia jerárquica haciéndose presente  en una parroquia por medio de unos  sacerdotes que la gobiernan, esta es la tarea de la parroquia: hacerse presente en  vida de  todos sus miembros de una manera activa y decidida llevando siempre el mensaje de cristo con alegría y esperanza y en esta ocasión le corresponde hacerse presente en la vida de tantos jóvenes que necesitan a alguien  que los ayude a luchar  y a ser mejores.
“Maestro, el camino es largo y la tarea dura. Pero no te desalientes. Dios confió en tu debilidad  y te llamó para la siembra, cargó tus alforjas de semillas; y ahora te acompaña entre los surcos para ser destinatario de la cosecha.
En su nombre, que es el de todos tus alumnos: ¡muchas gracias! Y en el ocaso de cada jornada, cuando en medio de tu silencio fatigado recuerdes sus rostros, escucharas su voz que repite; lo que hiciste con uno de estos, mis pequeños, a mí me lo hiciste”
Que hacer: los jóvenes de hoy necesitan identificarse con cristo, lo primero que se debe hacer es mostrar a Jesús como maestro y a ellos hacerles sentir como discípulos, pero los discípulos de Jesús deben tener unas características especiales y  me dispongo entonces a enumerarlas:
1.      El discípulo escucha a su maestro: pero atentos porque escuchar no es lo mismo que oír, escuchar es algo que involucra la razón y el corazón; mientras que oír no pasa de ser algo meramente fisiológico, es algo que se hace por inercia y por costumbre. Entonces podría surgir una pregunta con una obvia respuesta. ¿ por qué medio habla el maestro? Y la respuesta es su palabra, esa es su voz entre nosotros, la palabra de Dios es la comunicación viva, eficaz y novedosa entre nosotros y en este caso no puede ser la excepción. La palabra de Dios no puede convertirse en un añadido, al contrario debe ser lo fundamental en cada encuentro, en cada evento, en cada actividad y en cualquier proceso  en el que se involucre el seguimiento de Jesús como maestro. Propongo entonces como el mejor método para el acercamiento a la palabra de Dios de una manera responsable y comprometida la lectio divina con sus cinco pasos: la lectura, la meditación, la oración, la contemplación y la acción o compromiso. Es esta sin duda la mejor forma de acercarse a Jesús, es esta la oportunidad de encontrarnos cara a cara con el maestro que nos habla, es esta la oportunidad de hablar con el maestro, es esta la oportunidad de escucharle con atención y es esta en definitiva la oportunidad de comprometernos con el maestro.
2.      El discípulo cree en su maestro: creer en el ámbito cristiano es tener fe. “la fe es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios” catecismo de la iglesia católica. Es que Dios no impone que le amemos porque nuestro Dios es un Dios de libertad, cada uno es invitado para que crea pero nunca se le impone nada, creer es una decisión personal. Entonces me atrevo a decir que la pastoral juvenil se debe fundamentar en la fe, es este el principio de todo, desde  una fe pura y firme debe procurar partir este proyecto, sino la hay es bueno entrar en un proceso serio de confrontación en la fe, es necesario mostrar  la fe no como una idea, sino como una persona y esa persona es cristo. Es bueno entonces entrar en contacto con el catecismo de la iglesia católica en su primera parte: la profesión de la fe en su primera sección: creo, creemos.
3.      El discípulo pone en práctica lo que aprende de su maestro: sería simplemente ilógico y estúpido el aprender sin aprehender, y es que el conocimiento de Dios, de su mensaje, de su amor  es la oportunidad grandiosa de comunicarlo de desbordarnos de tal manera que ya no seamos capaces de guardar todo lo aprendido; sino que ansiemos donarlo a los demás, pero hay que estar atentos por que aprender del maestro implica guardar todos esos conocimientos en el corazón, no basta con tenerlos presentes en la mente, no nos podemos convertir en seres racionales. Cómo negar que todos nosotros somos, quien más, quien menos, pequeños hijos de Descartes, e incluso hay un pequeño Voltaire en cada uno de nosotros; se hace  preciso entonces citar la siguiente anécdota: Un día estaba Jesús con sus discípulos y les preguntó: ¿y ustedes quién dicen que soy yo? Simón Pedro se levantó y contestó: tú eres la teofanía escatológica que sustenta ontológicamente la intensidad de nuestras relaciones subconscientes e interpersonales. Jesús abrió los ojos llenos de sorpresa y preguntó: ¿qué, queeeé?  Y pedro no le pudo repetir, porque se le había olvidado. No era algo que tenía en el corazón, sino sólo en la mente. Aprender de Jesucristo no implica una simple teoría, aprender de Jesucristo es una experiencia personal, debemos convertirnos no en simples reporteros sino en testigos del milagro de cristo entre nosotros, hasta el punto en que digamos: “no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído (Hch 4, 20).
4.      El discípulo ama a su maestro: Jesús le preguntó a Simón Pedro: Simón hijo de Juan ¿me amas más que éstos? Pedro le contestó: sí señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: cuida de mis corderos. Volvió a preguntarle: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le contestó: sí señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: cuida de mis ovejas. Por tercera vez le preguntó: simón, hijo de Juan ¿ me quieres? Pedro triste porque le había preguntado por tercera vez si lo quería, le contestó: señor tú lo sabes todo: tú sabes que te quiero: cuida de mis ovejas, después le dijo sígueme.
Que difícil y que complicado resulta el ser interpelado por el maestro, hoy a cada  joven le está diciendo de manera imperativa y de manera interrogativa lo que hace dos mil años le dijo a Simón pedro: ¿me amas? Y la respuesta de un joven común sería obsoleta  y vacía, sería pobre y sin argumentos o en el peor de los casos simplemente no habría respuesta alguna o tal vez la respuesta sería: no te amo porque no te conozco y porque no me interesa conocerte, no te amo porque nadie me ha hablado de ti, no te amo porque puedes convertirte en una piedra en mi zapato, no te amo porque me robas mi libertad y te metes en vida y en mis decisiones y en definitiva no te amo porque me he acostumbrado a estar sin ti y me siento bien como estoy. Esta sería la respuesta de un joven común pero… ¿cuál puede ser la respuesta de un joven que a la larga también es común pero que quiere cambiar, que quiere seguir a Jesús? Este respondería de la siguiente manera: te amo Jesús aunque te conozca muy poco, pero no porque no hagas parte de mi vida sino porque no he dejado que lo seas, siempre has estado ahí esperando que yo te dé una respuesta y yo lo único que he hecho es darte la espalda; debo reconocer que te conozco gracias a mis dificultades y a mis problemas, cuando me he equivocado por una mala decisión, cuando me he dado cuenta que no soy dueño de mis decisiones sino de las consecuencias, entonces en ese momento te busco, cuando todos se han ido y me han dejado sólo tú siempre apareces dándome una voz de aliento en mi cruda realidad; cómo no amarte mi señor si te has convertido en mi mejor amigo, en mi confidente, en mi esperanza. Hoy entonces quiero comprometerme contigo de una manera parcial y definitiva sabiendo que te amo y que me amas, quiero buscarte en los momentos de felicidad para compartirlos contigo; y en los momentos de tristeza para que me acompañes y me des el mejor concejo. 

08-09-2012

Ensayo
El problema  catequético en el contexto cultural y pastoral de nuestro tiempo
La catequesis de nuestros días podríamos definirla como el requisito que todo católico debe cumplir para “hacer parte de la familia cristiana”; pero este requisito es sin duda alguna algo que se hace por inercia, algo meramente leguleyo y que carece de sentido. Carece de sentido precisamente porque no hay una motivación que impulse a aprender de la iglesia de mi iglesia, porque el deseo de Dios se ha sumido en un profundo olvido, porque ha desaparecido de la mente de los católicos la realidad de cristo como centro de la catequesis; es decir la realidad de una catequesis cristocéntrica; es que  el objetivo de la catequesis no es informar a un niño o a un adulto de meras ideas que terminan siendo efímeras, el objetivo de la catequesis es hacer que este niño y este adulto tengan una experiencia de Cristo, sientan el deseo de amarle y de quedarse con El, palpite en su corazón un amor inefable que los impulse a comunicar a todas las gentes que Jesús está vivo y esta entre nosotros.
Las personas  se preguntan muchas veces por Cristo y pocas veces encuentran una respuesta que logre motivarles a seguirle, tal vez entonces estas personas no buscan la respuesta en el lugar correcto y tal vez nunca se han dado cuenta que la respuesta a su pregunta está contenida en la palabra de Dios; que este es el medio por el cual cristo nos da su mensaje de amor y se comunica con el pueblo que ama y por el cual dio su vida. A esta respuesta venida de Dios debe unirse la respuesta del hombre a Dios y la respuesta sin duda es la fe, bien lo dice el catecismo de la iglesia católica: “la fe es la respuesta del hombre a Dios”
Es preciso hachar un vistazo sobre la realidad catequética y enterarnos de una cruda realidad: la catequesis de hoy muestra unos signos evidentes de una grave crisis. Crisis cuando el sacramento de la confirmación también llamado el sacramento del adiós coincide para muchos jóvenes con el fin de la práctica religiosa y tal vez de la fe cristiana, en algunos lugares la primera comunión se ha convertido de hecho en la última comunión. Todo esto puede tener muchas explicaciones y muchos ¿por qué?, pero  las respuestas se hacen cortas e insuficientes, podríamos decir que la forma de catequizar es pobre y no logra transmitir de manera correcta la enseñanza de la fe, incluso se podría decir que la iglesia es una institución arraigada en el pasado que no permite por ningún motivo la reorganización ni la implementación de nuevas técnicas y métodos para hacer que las personas se sientan atraídas al mensaje cristiano y tal vez entonces la iglesia utiliza lenguajes que nadie entiende, se dirige a auditorios que ya no existen y responde a preguntas que nadie tiene; en fin todo esto tiene un fondo de verdad pero no contiene toda la verdad, todo esto es cierto pero hay algo más y ese algo más lo tiene cada cristiano que está dispuesto a hacer de su fe un auténtico y sincero encuentro con el Maestro que lo sabe todo y lo puede todo. Tal vez el problema de fondo sea la poca comunicación con el Maestro, el hombre pretende resolverlo todo precisamente por su ánimo de superación y de progreso; pero debemos comprender que nuestras capacidades y nuestras fuerzas son pocas y cuando se agotan solo queda una posibilidad y esa posibilidad es Cristo, solo nos queda pedirle a la fuente de amor que  nos ayude a amar, a la fuente de la sabiduría que nos ayude a ser sabios, a la fuente de la fe que nos ayude a esperar con alegría. 
Ahora es oportuno llegar al fondo del problema con respecto a la catequesis; y es que el problema nace tal vez desde el mismo cristianismo y surge una dura pregunta: ¿tiene futuro el cristianismo? Hoy cuando se habla de una disminución masiva de la práctica religiosa, cuando la secularización pretende llevarnos al odio y al egoísmo y ya no queremos ni compartir la fe que profesamos, hoy cuando los jóvenes se hunden en la idea de la muerte, el fracaso y la desesperación y el último lugar al que acuden en busca de ayuda es la iglesia, porque están convencidos de la muerte de Dios, porque no les interesa saber de un Dios con aires míticos y misteriosos, porque ese Dios que predican los curas es un vengador lleno de odio y de deseos de castigo. Se vive una escasez de vocaciones que  nos hacen pensar que los sacerdotes de hoy serán la última generación de sacerdotes, se habla entonces de una crisis profunda, crisis de la iglesia, se habla de una verdadera catástrofe, de una crisis de Dios.
El cristianismo dicen muchos fue un elemento fundamental en la construcción de la sociedad pero ahora es inútil, el cristianismo es un conjunto de bellas ruinas que se admiran en un museo o que se utilizan como piezas ornamentales; el cristianismo podríamos decir que se ha convertido en una empresa sin vendedores  y que los pocos vendedores que hay ofrecen un producto que nadie quiere u ofrecen el producto de una manera peyorativa e imponente como si fuera obligación comprarlo. Es difícil enfrentar esta situación más cuando no hay con quien enfrentarla, más cuando el cristianismo ha pasado de moda, más cuando se ha llegado a la conclusión de que la fe es algo de lo que se puede prescindir, más cuando el hombre se siente autosuficiente y no acepta la existencia de un ser superior a él; incluso con las corrientes contemporáneas se han dado casos de rechazo explícito de la fe, de negación atea o de irreligiosidad declarada. La religión es una opción entre muchas y no es precisamente la más apetecida o la que más convoca; por eso entonces se habla de la noche final de la iglesia no como una mirada pesimista sino como una mirada realista, se habla del fin del cristianismo porque no hay cristianos aunque aún este cristo, se habla del mundo sin Dios como la oportunidad de ser libres, se habla del  desarrollo autónomo de la fe; es decir cada quien toma de la fe lo que a su juicio le conviene.
Esta es la realidad de nuestro pueblo hoy, como diría aparecida, y nos corresponde a los que aún somos cristianos   enfrentarla teniendo en cuenta que no es suficiente con que nosotros creamos en Dios, que es necesario comunicarlo a los demás para que como nosotros también vivan la felicidad de amar.
Freidy Alexander López


13 de octubre de 2012
La catequesis en un renovado proyecto pastoral de evangelización
Ensayo
A menudo nos estamos preguntando sobre el método que debe  implementar la iglesia para llegar de una manera eficaz al cristiano de hoy; entendiendo el método como todo camino correctamente trazado y oportunamente seguido para logar determinado fin o propósito, ¿cuál será entonces el camino y cuál será el fin? El camino sin duda alguna es la iglesia, perteneciendo a ella vamos transitando hacia el fin, hacia la meta que es cristo. Se hace importante tener una visión clara sobre lo que en realidad reclama el cristiano de  hoy; por lo tanto es hora de implementar un proyecto pastoral que supere la crisis de credibilidad en los cristianos, en el fondo late la necesidad de redescubrir la identidad cristiana y de transformar de manera significativa la manera superflua de creer del cristiano de hoy, se hace muy fácil decir que se es cristiano pero se hace difícil demostrarlo, esto no es solo culpa de los fieles; es también culpa de la iglesia y de su manera de llevar a cristo al corazón de los creyentes.
La tarea de la iglesia es evangelizar; es decir llevar el evangelio a todas partes sin importar raza, ideología e incluso creencia, por eso podemos decir que la iglesia no existe para sí misma sino que existe para el servicio del plan divino: “id a todo el mundo  a anunciar el evangelio” este es el secreto de la iglesia, esta es la fuerza que la impulsa, esta es la realidad salvífica del amor; es por esto que podemos decir como San Pablo: “ ya no  soy yo quien vive, es cristo quien vive en mí” o como San Francisco de Asís: “señor hazme un instrumento de tu paz”. Que maravilloso resulta decir que la iglesia no tiene fin porque es dirigida por Dios, que maravilloso resulta decir que la iglesia, que la fe no es una invención de hombres inteligentes; que al contrario es una realidad divina que supera toda inteligencia. Es el mismo Padre quien dirige este rebaño, es su amor por el pueblo que ha elegido que nos motiva a seguir con la tarea de evangelizar seguros como San pablo que cuando Dios está con nosotros nadie podrá contra nosotros.
El objetivo de la iglesia y su tarea fundamental es trabajar en el mundo, para el mundo, al servicio del reino, esto sin duda obliga a repensar la relación iglesia­-mundo como una oportunidad de transformar el mundo  a la luz del evangelio, metiéndose de lleno en las realidades que lo conforman, este es el plan grandioso de Dios, este es el proyecto de liberación integral de una humanidad reconciliada  y fraternal, la realización de los valores que los hombres de siempre anhelan y sueñan: reino de verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y de paz.
Es hermoso hablar de algo tan esperanzador, es hermoso decir que Dios está entre nosotros y con nosotros, es hermoso imaginar lo perfecto que sería nuestro hábitat si dejásemos  que en el actuara Dios; por eso es preciso nombrar una serie de funciones o mediaciones que la iglesia ha propuesto para que sean signos evangelizadores al servicio del reino; teniendo claro que el ideal del reino se hace visible en el mundo por medio de cuatro formas fundamentales de visibilidad eclesial:
Ø  Como reino realizado en el amor y en el servicio fraterno (signo de la diaconía )
Ø  Como reino vivido en la fraternidad y en la comunión (signo de la koinonía)
Ø  Como reino proclamado en el anuncio salvífico del evangelio (signo de la martyría)
Ø  Como reino celebrado en ritos festivos y liberadores (signo de la liturgia)
De este modo, la iglesia debe ser en el mundo el lugar por excelencia del servicio, la fraternidad, el anuncio y la fiesta

 Es preciso descubrir el amor de nuestro padre para con nosotros y enterarnos que siempre ha estado ahí llenándonos a todos nosotros con toda clase de dones y carismas; es preciso también  observar estas funciones eclesiales y descubrir en ellas la presencia del espíritu santo, es El, el que ha iluminado a la iglesia y la ha hecho participe de sus dones inefables. La diaconía pretende transformar la mentalidad profundamente egoísta del hombre que se limita a pensar solo en sus problemas y en sus vicisitudes y nunca extiende su mirada hacia los problemas de quienes lo rodean. La comunidad cristiana está llamada a manifestar un nuevo modo de amar y de servir, una tal capacidad de entrega a los demás que haga creíble el anuncio evangélico del Dios del amor y del reino del amor.
La koinonía por su parte pretende darle una mirada diferente a la realidad del mundo, pretende encontrar alternativas y soluciones diferentes a las circunstancias difíciles que atormentan nuestra sociedad, pretende responder al anhelo de hermandad y de paz de los hombres de todos los tiempos; esta lleva en sí misma una novedad que la hace interesante; pues manifiesta un modo nuevo de convivir y de compartir, anuncia la posibilidad de vivir como hermanos reconciliados y unidos.
La martyría nos lleva a darle un sentido diferente a nuestra existencia, nos ayuda a descubrir que a fuerza de bien podemos vencer el mal que tanto ha tomado fuerza en la actualidad, la martyría nos enseña que cuando Dios no está en nosotros la vida carece sentido, que cuando pretendemos alejar a Dios de nuestra realidad es como si quisiéramos morir, que cuando contemplamos la vida como una desgracia nos estamos negando a la posibilidad de experimentar el amor que lo trasciende todo y lo transforma todo, lo que antes era tinieblas ahora es luz, lo que antes era tristeza ahora es alegría, lo que antes era odio ahora es amor, lo que antes era una desgracia ahora es una esperanza.
Aparece ahora la liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Cristo mediante signos sensibles y eficaces que buscan la glorificación de Dios y la santificación del hombre; estos signos evangelizadores responden a la exigencia de celebrar la vida y de acoger y expresar en el rito el don de la salvación. Ante los límites mortificantes de la racionalidad y de la falta de sentido, la comunidad cristiana esta llamada a crear espacios en donde la vida y la historia, liberadas de su opacidad, sean celebradas y exaltadas como proyecto y lugar de la realización del Reino.                                                     
   Freidy Alexander López.                                                       


12 de octubre de 2012
La vida consagrada hoy
Ensayo
Al adentrarnos en la realidad de la vida consagrada hoy,  podemos encontrarnos con muchas situaciones que llenan de alegría nuestro corazón y de esperanza a nuestra iglesia; es que sin duda las personas que se entregan de manera generosa a este estilo de vida son el pulmón de nuestra fe y la fuerza que nos ayuda a seguir  hacia el encuentro con cristo. Es preciso entonces echar un vistazo a la realidad de las comunidades de vida consagrada y descubrir una serie de situaciones que nos alegran en la fe y otras que nos invitan a cuestionarnos.
Demos paso entonces a las situaciones que nos alegran en la fe: Como no reconocer que aún en Colombia hay vocaciones para la vida religiosa y para la vida sacerdotal. Esta afirmación cobra sentido e importancia cuando miramos la realidad de los jóvenes de hoy, cuando encontramos en sus pensamientos y en sus comportamientos  tendencias hedonistas, prefieren las cosas banales y superfluas, lo que no trasciende, lo que en vez de darle sentido a sus paupérrimas vidas las va destruyendo cada vez más hasta el punto de optar por el suicidio; pues ya no soportan seguir muriendo en vida. Sí que se hace  difícil encontrar jóvenes dispuestos a darle sentido a sus existencias, dispuestos a mirar la vida de manera  trascendente y radical, como el más hermoso tesoro entregado por Dios; pero aunque parezca increíble e insólito sí hay jóvenes dispuestos a entregarle su vida a Dios de manera incondicional y sin reparo alguno. A mí personalmente me emociona ver muchachos que le dan un sí generoso al llamado del señor, que se atreven a unirse a la locura del amor, que se dejan inundar por la experiencia de cristo y en definitiva que abren las puertas de su corazón para que entre el ser que cambiara sus vidas. Al darle su sí generoso al llamado de Dios le dan la espalda a un mundo aparentemente atrayente, a una vida llena de lujuria y de placer, a una sociedad bullosa e insoportable y a unos ciudadanos idiotas que se hacen esclavos cada vez más de sus impulsos sexo genitales.
En los seminarios y casas religiosas aún se puede observar la formación esencialmente cristocéntrica; y es que no vale la pena nuestra formación si en ella no pretendemos tener una experiencia de Cristo. El cristianismo no lo podemos entender como una idea o como un movimiento, el cristianismo es una persona y esa persona es cristo, debemos entonces encontrarnos cara a cara con El y amarle hasta el extremo.
Ya nos hemos encontrado con unas realidades que nos emocionan, ahora encontrémonos con unas realidades que nos cuestionan y nos hacen titubear: se hace difícil hablar de pobreza hoy en la vida consagrada cuando encontramos sacerdotes y religiosos llevando una vida ostentosa y desmesurada. Viven en grandes casas que podríamos llamar mansiones, sus comidas las podríamos llamar manjares, sus reuniones las podríamos llamar banquetes y su ropa la podríamos llamar trajes burgueses. Tal vez se les ha olvidado que la iglesia presenta a la pobreza como una respuesta de amor al señor y sin amor la vida consagrada carece de sentido. Tal vez también se les olvidó que el voto de pobreza antes que un despojo es una ganancia, una bienaventuranza, Un regalo del señor con el que  pretende adentrarnos en la riqueza que en realidad importa, en la riqueza que supera con creces cualquier expectativa que el hombre en su afán de lucro pueda tener, Un regalo que sin duda llena las expectativas del corazón insaciable del hombre; este regalo y esta riqueza  es la plenitud que el Señor nos da cuando nos  acercamos de manera sincera y comprometida y le donamos el corazón. A menudo el hombre compara la felicidad con la cantidad de bienes que posee. Se es feliz cuando se es rico, cuando se tienen comodidades y  lujos; Pero que concepción de felicidad tan vaga y tan vacía, que  pensamiento tan pobre y retrogrado, que visión tan paupérrima y superficial. El consagrado de hoy tiene que ser diferente, debe implantar la novedad desde un estilo de vida sencillo y humilde en el que no solo busca su propia felicidad sino que quiere hacer felices a los demás.
Es preciso centrar nuestra mirada en una circunstancia que no es ajena a la realidad de la vida consagrada, que al contrario se ve esta involucrada de  una manera peculiar y en ocasiones vergonzosa. Me refiero al tema de la castidad, entendiéndola como un valor importante que se ha defendido de manera significativa desde tiempos antiquísimos, pero como bien sabemos estamos en una sociedad que a diario experimenta cambios vertiginosos, que a diario se renueva  y que a diario se transforma no solo en temas tecnológicos y económicos sino también en temas morales e ideológicos; lo digo porque muchos de los valores que se defendían antiguamente, hoy ya no se tienen por tales, porque temas como la sexualidad y la castidad han tenido transformaciones inefables a través de lo que se ha llamado la revolución sexual. Antiguamente se miraba todo lo referente al sexo con bastante recelo; hoy se le mira y se le valoriza espontáneamente; y en cambio a la castidad y al celibato algunos ya no les otorgan el puesto importante que antes se les dada, considerando a quienes lo practican como reprimidos. Esta represión del sexo le ha hecho un grave daño a la vida consagrada precisamente porque los que a ella pertenecen han obrado de manera incorrecta, basta con citar los casos de pederastia que han sido publicados por cuanto medio de comunicación existe y que han hecho que la gente  catalogue a los consagrados y sacerdotes como violadores y homosexuales. Muchos personajes interpretan esta realidad  como una verdad que hay que enfrentar y que es sumamente escandalosa, otros en cambio dicen que este tema no es tan escandaloso y que el cuento de la pederastia de los curas  es más bien una campaña miserable de una sociedad inmoral y de una sociedad cristiana que es infinitamente  hipócrita, una sociedad de carnívoros y reprimidos sexuales; entonces ahora están buscando unos chivos expiatorios y resolvieron que fueran ellos los curas de la iglesia católica, la iglesia a lo largo de la historia se ha visto involucrada  en grandes crímenes; pero la pederastia no es un crimen, que un cura masturbe a un muchachito qué importancia tiene si el muchachito se ira a masturbar en su casa; pero estos mismos que están levantando la voz al cielo acusando a los curas pederastas que ya ni el papa defiende porque cobardemente ya los dejo solos y les dio la espalda, estos mismos son unos reprimidos sexuales que buscan refugiarse y hacer menos significativas sus porquerías descargando toda la culpa y todo el morbo en los pobre curas. A estos niños violados por los curas se les está considerando victimas como si fueran héroes como si hubiera que hacerles un monumento, como sobrevivientes. Esto es pura hipocresía, el sexo es una cosa natural de la vida, eduquen a los niños para el sexo y se acabó el problema. Esta es la interpretación que da el escritor colombiano Fernando vallejo, y como esta hay muchas interpretaciones más. Solo queda decir que la iglesia no se puede hacer la de la vista gorda; al contrario debe afrontar estos problemas con realismo y responsabilidad.

Freidy Alexander López